martes, 9 de octubre de 2012

Curavacas desde Vidrieros, esta vez sí...

Segundo intento a esta cima palentina. La primera tuvimos mala suerte con el tiempo. Nubes y lluvia que terminaron aguando nuestra ruta. Esta vez el pronóstico era favorable, y así subimos... Partimos de Santander a las seis y media... bueno, las siete, porque siempre alguien se tiene que dormir, verdad Sergio?? Aún con excusa, se durmió... No se puede caminar con el estómago vacío, así que coincidiendo con la salida de Alonso (en todos los sentidos posibles) paramos a desayunar en Aguilar de Campoo. A las 9:15 am tomamos la pista que sale de Vidrieros hacia nuestro destino. Tampoco tardamos tanto en calzarnos las botas, pero alguno aprovechó para un último sueñecito...
Pensando en el recorrido...
Enseguida encontramos una bifurcación en la que el camino de la derecha viene señalizado por una losa en el suelo con el nombre de la cima y su altitud. Proseguimos por la derecha y nos detenemos en la campa a los pies del Curavacas para retratar lo que nos queda por subir...
Parte del grupo, con el Curavacas de fondo.

Empieza el suelo empredrado. Se hace difícil avanzar por lo pequeñas y sueltas que están las piedras, y hasta bien arriba no nos desprenderemos de este "firme". Paramos a hacer las once. Como bien dice Javi, normalmente alcanzamos o avanzamos con gente, hasta que nos paramos a comer, que es cuando más ventaja nos cogen. ¿Por qué será?
Tomando las once.

Unos tramos más de empinada subida dan paso a ciertos pasos en los que se requiren las manos para avanzar.
En la Canal Grande, hacia la cresta.
Alcanzamos la cresta y sólo nos queda avanzar hasta la cima.
360º de la cima del Curavacas
 Objetivo cumplido, comemos y nos vamos para abajo. Pero nosotros comemos en condiciones, con cubiertos y todo...
¡Buen provecho!
Por el camino nos detuvimos a hacer más fotos, que podéis ver aquí.

Y para terminar, un refresco bien frío en la terracita del bar. Hasta la próxima.
Terraza del bar de Vidrieros.