miércoles, 28 de diciembre de 2016

Licencia Federativa 2017

Ya están solicitadas las licencias federativas para este 2017 de los socios que así lo han solicitado. Un año más desde el club animamos a los aficionados a la montaña a federarse, con un club o por independiente, pero en todo caso, además de disfrutar de este bello deporte en grupos de 2 o más personas, nunca solo, federarse por lo que seguro que no pasa, pero "por si las moscas". Pese a que los beneficios que se obtienen en el día a día no son muchos, con en algunos casos descuentos simbólicos, si al menos estaremos cubiertos por la federación ante lo que pueda suceder en la montaña.

Castro Valnera desde Pandillo

El pasado 8 de diciembre realizamos el ascenso a Castro Valnera desde Pandillo, siguiendo el KVCV, Kilómetro Vertical Castro Valnera. El espacio para dejar los coches al comienzo de la ruta es pequeño para para un día normal suficiente. Esta vía es exigente por lo que tampoco se carga de gente, salvo los que entrenan en esta zona o aquellos que aun no siendo aficionados a los KV sí que les gusta adentrarse en rutas con cierto nivel de dificultad.

Comenzamos siguiendo el camino y las marcas del KVCV que discurren junto a las de senda de pequeño recorrido, al menos en una primera parte, hasta la desviación para el Mirador de Valnera, dejando a la derecha el desvío para las Praderas de Ruyemas.

El camino discurre siempre en ascenso, con tramos más exigentes que otros. Por lo que se aprovechan los tramos menos inclinados para poder tomar aire. Pasadas las primeras cabañas aprovechamos para tomar algo de comer en previsión del tramo que nos esperaba a continuación. Ponto encontraremos una vista más clara de la cara norte y que nos permite ver por donde deberemos ascender.


No está bien claro cual es la ruta a tomar, pero lo que sí es cierto que escogiendo la arista del Valnera nos encontramos, además de varios pasos en los que echar las manos para trepar, un grupo entrenando todos con el distintivo propio de su club de montaña.

Llegados al collado lo último que nos quedaba era progresar hasta la cima. Subimos por la vía normal hasta donde se colocan las escaleras de la prueba y seguimos hasta la cumbre de Castro Valnera. Llegados allí no íbamos a bajar sin visitar la cumbre...

A las 14 más o menos comíamos en la cima, tras las fotos de costumbre y recogida de, en este caso, una tarjeta de cima que habían dejado a penas 2 horas antes (y que aún tengo que remitir a sus dueños)


Comenzamos seguidamente el descenso. No hacía como para estar mucho tiempo en aquella cima, expuestos al frío viento del norte-nordeste. De vuelta en el collado parte del grupo decidió continuar para ascender a La Capia mientras Fernando y compañía descendían hacia el aparcamiento.


No costó mucho ya llegar a la cima y atravesar la montaña para empezar lo que iba a ser la aventura del día. Una bajada corta pero vertical nos separaba del siguiente collado. Encontrado el mejor sitio para bajar, alcanzamos las Cabañas sin problema.


Nuestro guía nos indicó poco más o menos el camino a seguir, la cresta que teníamos delante que nos llevaría hasta unas cabañas de pastores desde donde enlazar el PR que nos llevaría devuelta al aparcamiento y que ya seguimos por la mañana hasta la arista del Valnera, pero que seguriría sin coger tanta altura para rodear hasta estas cabañas que cito.


El comienzo de la cresta no fue avance de lo que nos esperaba a continuación. Lo empinado del terreno, el fuerte viento que arreciaba y el estado seco de la hierba por las recientes nevadas, de las que apenas quedaban restos, hacían que el terreno resbalase más de lo habitual y exigía de nuestra mayor atención.

Hubo un momento de falta de entendimiento en el que parecía que la ruta era imposible, por lo que cuando tan solo debían quedar 500 metros de arista, decidimos descolgarnos por el bosque de la ladera este para intentar alcanzar el camino PR que rodeaba el valle por debajo de nosotros.

Y así fue. Allí se encontraba. Pero para llegar a él tuvimos que sortear el bosque, sus hoyos y rocas hasta toparnos con el camino. En un principio dudamos hacia donde ir, ya que no bajaba desde allí directo al aparcamiento. Pero dedujimos que debíamos seguir dirección norte hasta las cabañas desde donde el propio cartel de la ruta PR nos marcaba el sentido a Pandillo.


Llegados al aparcamiento nos esperaba el resto de la expedición. Gran día y ruta, pero mejor compañía.

El resto de las fotos las tenéis en el álbum de fotos del club.

El track de la ruta le puedes consultar aquí:
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lunes, 28 de noviembre de 2016

Tarjetas de cumbre

Aprovecho estas pocas líneas para agradecer a nuestro colaborador por remitir a nuestro club una de las tarjetas de cima depositadas este verano. Como Alfonso bien apunta, con las nuevas costumbres, las nuevas tecnologías y el desistir en una costumbre simpática, es raro encontrar tarjetas de cima en los buzones de nuestras montañas.

Sin embargo desde nuestro club apostamos por esta forma de conocer aficionados al mismo deporte como es el disfrutar de estas espectaculares vistas que nos brindan las cimas de nuestra geografía como recompensa por el esfuerzo de ascenderlas.


Amigo Alfonso, esperamos no solo volver a escuchar de tí, esperando que disfrutaras tanto de Torre Blanca y los Picos de Europa como nosotros, si no algún día coincidir en alguna de las muchas cimas que nos faltan por subir, aunque sé por segunda vez.


sábado, 20 de agosto de 2016

ASCENSIÓN A TORRE BLANCA - NUEVA VÍA FERRATA EN LA HERMIDA: EL MILAR

Preparados para un fin de semana por Picos de Europa, quedamos a las 7 de la mañana para intentar tomar el primer teleférico en Fuente Dé, pero el desayuno en el Royal III se debió alargar más de lo previsto y no llegamos a tiempo. Tras esperar un poco haciendo tiempo, cogemos el teleférico, que ha cambiado el lugar donde tiene las taquillas y ahora te avisan por megafonía para subir sin tener que esperar en la cola (como a cambiado, aunque yo hace años que no subía en él). Comenzamos la ruta desde El Cable, que pese a ser pronto por la mañana ya se veían turistas por allí, de hecho, unos que nos encontramos al comenzar a andar nos preguntaron qué cuanto quedaba para llegar al restaurante (confundiéndolo con Cabaña Verónica) y viendo que llevaban playeras y zapatos ya comprobamos que hicimos bien en intentar ir pronto.


Subimos casi de seguido hasta Cabaña Verónica salvo por un pequeño alto para reagruparnos. Cuando llegamos a refugio picamos algo para coger fuerzas y proseguimos rodeando Hoyos Sengros bajo el pico Tesorero, hasta llegar a la Collada Blanca, que fue el último lugar donde vimos un par de personas.

A partir, de aquí, comenzó nuestro calvario de subir y bajar buscando los mejores pasos entre rocas. Algún “espabilado” debió de ir poniendo hitos haciendo un camino alternativo un poco por debajo del bueno para subir a Torre Blanca y eso hizo que nos despistásemos y nos costara el doble subir a la cima. Una vez en la cima nos hicimos unas fotos y comenzamos a bajar ya viendo bien el camino, comprobando que iba por la arista y que era mucho más sencillo que por donde fuimos para subir.





Paramos a comer en la Collada Blanca, ya casi a las 3 de la tarde, y aun nos quedaba bajar hasta El Cable (donde tomamos un refresco para reponer fuerzas y descansar un poco, ya que alguno estaba tan sediento que ya iba pensando en las cervezas que se iba a tomar cuando acabara la ruta). Esta vez no bajaríamos en el teleférico sino que lo haríamos por el Hachero, por lo tanto aun nos quedaba otra horita de bajada por terreno bastante empinado en algunos tramos hasta llegar al coche, que lo teníamos aparcado en Fuente Dé.

Una vez Espinama, en el hostal que mejor que para celebrar el éxito de la ruta que una ducha y una cena, con copa para bajarla y coger la cama sin problemas.



Al día siguiente nos levantamos con calma y vamos a desayunar fuertemente mientras comentamos las pidas que se oían en el piso de arriba a las 6/7 de la mañana y escuchábamos los consejos que le daban a alguno de nosotros el personal de la cafetería para estirar y calentar y así andar como una persona normal al día siguiente.

Una vez recogido y pagado todo bajamos a La Hermida, a hacer la vía ferrata de El Milar, una vía ferrata mucho más corta que la que sube a cueva Ciloña. Esta vía pese a que es más corta también es más difícil, ya que hay tramos en los que tienes que pasar ayudándote de agarres naturales que hay en la roca en vez de los artificiales que han puesto para la vía. Una vez arriba, llegas a la cima donde hay una bandera de España visible desde la carretera, donde nos hicimos alguna foto y bajamos para terminar cruzando el río por una tirolina (algunos con mas estilo que otros que entraban de culo). 




Cuando acabamos, pensamos que tras este fin de semana nos merecíamos un baño en las termas de La Hermida para terminar el día.

Aquí se puede ver la ruta que seguimos:
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miércoles, 25 de mayo de 2016

TRAVESIA POR EL MACIZO CENTRAL DE PICOS DE EUROPA

DIA 1.

Sin madrugar mucho y tras desayunar en la casa azul como es costumbre nuestra, vamos hacia Poncebos, para hacer la primera etapa de nuestra travesía. Esta primera etapa, en principio era la más sencilla de todas, aunque alguno acabamos con secuelas, de este día. La ruta del primer día consistía en salir de Poncebos y llegar hasta Posada de Valdeón, concretamente a los Llanos de Valdeón, donde está el albergue en el que nos quedaríamos. 

Dejamos el coche en el aparcamiento que hay junto al funicular, que estaba vacío cosa normal ya que era un miércoles, pero a la que estamos poco acostumbrados a ver. Comenzamos la “Ruta del Cares” y ya en el primer tramo, que sube hasta un alto, tuvimos los primeros problemas, y es que uno de nosotros, que aun llevaba la sudadera puesta y tras una rápida ascensión, sufrió la primera y única pájara de la travesía. Tras reponer fuerzas bebiendo un poco de agua y quitándose la sudadera, se recobraron las fuerzas y pudimos proseguir el camino, recorriendo la bonita, transitada (porque aunque fuera un miércoles y no hubiera casi gente en el aparcamiento, estaba había bastantes personas haciendo la ruta, casi todos extranjeros) y repetida ruta del cares que ya la habíamos hecho varias veces (ida y vuelta como diría alguno que intenta presumir de sus pocas hazañas montañeras).

Tras comer el bocadillo partimos hacia Posada de Valdeón, unos ratos por pista y otros por carretera hasta llegar a nuestro destino. Allí tras refrigerarnos nos instalamos en el albergue, nos damos una ducha de agua tirando a fría y vamos a cenar un poco de queso de Valdeón y un mítico bocadillo de chorizo frito, ¡¡¡BRUTAL!!! 


DIA 2. 

Este es el día en el que mayor desnivel tendríamos que superar, ya que después de llegar a Cordiñanes, tendríamos que afrontar la larga subida hasta el refugio de Collado Jermoso. En el comienzo de la ruta, ya tuvimos problemas y es que nos pasamos como dos buenos zoquetes, el desvío en el que se comienza a subir por AsotÍn. Después de casi escalar (la verdad, es que había un cable, aunque parecía más una vía ferrata que un camino) y pedir consejo por teléfono a nuestro guía que no pudo venir a la marcha, bueno... todavía hay alguno que dice que nos dejo tirados, ¿quién será?  

Cuando encontramos el camino correcto (indicado con marcas de PR, lo que dije, nos equivocamos como zoquetes) comenzamos a subir a un buen ritmo, para recuperar el tiempo perdido subiendo cuestas y persiguiendo falsos caminos. Pasando por lugares espectaculares, por caminos labrados en la roca, bosques de hayas, hasta llegar a la Vega de Asotín, donde hay una vista increíble del macizo occidental. 

Aun nos quedaba bastante por subir, ya que teníamos que subir hasta el collado Solano, donde tendríamos el primero de muchos encuentros con rebecos, tras esto atravesamos la Traviesa de Congosto (mucho mas tendida) hasta llegar al último repecho antes de alcanzar el refugio. Aquí comenzamos a encontrarnos los primeros neveros, en el tramo más complicado, pues la pendiente y el terreno en algún momento nos hicieron trepar un poco por la roca ya que el supuesto camino estaba tapado por la nieve, también es verdad que justo delante nuestro paso otro grupo de montañeros, que dejaron sus huellas en la nieve y solo hubo que seguirlas. 

Una vez en el refugio vimos como nuestros “guías” era el mismo grupo que compartió albergue con nosotros en Posada de Valdeón (el sábado tenían pensado correr “El Cainejo”) y que esa noche también iban a compartir cena (por cierto, la cena estaba impresionante, cocina de autor en Collado Jermoso) y techo con nosotros. Esta noche nos fuimos pronto a la cama ya que el día siguiente prometía ser duro y aun no teníamos muy claro por dónde íbamos a ir, ni como estaría el terreno). 



DIA 3.

Desayunamos y decidimos emprender el camino. Al final, optamos por ir hasta la Colladina de las Nieves y de ahí bajar por la canal de San Luis a El Cable, que al menos uno de nosotros conocía el recorrido. Tras un primer tramo hasta Las Colladinas en el que una pala de nieve nos hizo sudar más de la cuenta, por la pinta que tenía más que por lo dura que fuese. Desde aquí fue prácticamente todo una cómoda bajada por nieve, hasta llegar a la Vega de Liordes. Bajamos hasta la Vega de Liordes, porque una vez más nos saltamos el desvío marcado con jitos que salía a nuestra izquierda y que nos llevaría a la Colladina de las Nieves. Así que nos toco subir de nuevo hasta el desvío. Ya solo nos quedaba por delante la ultima y gran subida del día, pues subir a este collado impresiona más de lo que en realidad es, además con nieve se sube muy cómodamente, aunque siempre conlleva un esfuerzo y más cuando cargas con una mochila de 4 días. 

Tras la interminable bajada de la Canal de San Luis, llegamos a El Cable donde cominos y sin mucho tardar fuimos hacia Áliva, con la esperanza que el Hotel estuviese abierto y tomar algo tranquilamente allí, pasando la tarde. Mira que habríamos bajado veces la pista de Aliva, pero nunca nos había costado tanto como esta, uno con ampollas en los pies y el otro con un pie dolorido con el que casi no podía ni pisar (aun no sé porque sería, pero el dolor duro como una semana más o menos). Por fin llegamos al hotel y para nuestra sorpresa y decepción resulta que estaba cerrado, así que terminamos pasando la tarde, echando la siesta, buscando cobertura por Áliva y montando la tienda, que para algo habíamos cargado con ella. 


DIA 4.

Último día, a priori el más sencillo, ya que solo quedaba bajar por la pista hasta el invernal del Texu, pasando por las Vegas del Toro. De aquí subiríamos hasta el Collado de Pandébano (que larga se hace siempre esta subida), bueno realmente un poco más, ya que en Collado Jermoso adquirimos el pasaporte de “El Anillo de Picos” decidimos subir hasta el refugio de La Tenerosa, para tener un sello más.  

Una vez aquí, ya casi pensando que lo teníamos hecho, quedaba aun la bajada hasta Poncebos, pasando por Bulnes donde tomaríamos un refrigerio. La bajada se hizo eterna, la recordábamos más corta de lo que en realidad fue, aunque eso seguramente sea porque ya estábamos deseando llegar y veníamos ya destrozados. 

Al final nos quedamos con la sensación de haber hecho una pedazo ruta, muy bonita y pese a como acabamos, deseando hacer otra travesía de estas.

domingo, 31 de enero de 2016

Las Enguinzas

Tras reunirnos todo el grupo (hacía tiempo que no íbamos tantos a una marcha) en Solares, para desayunar en el Jaque y terminar desayunando en el Snack Bar El Sol (hay que acordarse de él para la próxima, porque como decía Javi las tortillas “las cortan en 6 pinchos en vez de 8” y además están muy buenas) partimos hacia Mirones. Más concretamente al barrio La Cantolla desde donde comenzaríamos la ruta. 
"¿Por dónde era? Es que esta la hice hace 10 años"
Tras un comienzo un poco dubitativo (yo creo que si hubiéramos seguido por dónde íbamos a ir en un principio hubiésemos llegado al mismo sitio) y con la ayuda de un chaval oriundo de la zona, comenzamos la ascensión en dirección a Peña Pelada, abandonando una pista hormigonada para continuar por una senda que nos llevaba por La Ballosera hasta un collado donde alcanzamos las primeras vistas de Peña Cabarga y Santander. 

La Ballosera
Del collado, solo quedaba subir a la cima de Peña Pelada.

Desde el collado con vistas a Peña Cabarga y Santander.
Cima de Peña Pelada
Peña Pelada. 
¿Donde queda ese buzón? Solo queda la placa
Tras las fotos de cima comenzamos el descenso de Peña Pelada, en dirección a una cabaña donde pegara menos el viento para tomar las 11 (aunque ya fuesen las 12, cuando llegamos). Bajando encontramos algún paso estrecho entre rocas, por el que a alguno no le entraba el culo, aunque no mencionaré a quien.
Cabaña entre Peña Pelada y Castrejón
El siguiente tramo suponía la ascensión al Castrejón, que subimos a derecho por la empinada ladera norte y en cuya cima nos sentamos para sentir menos los efectos del fuerte viento que soplaba, mientras esperamos a los que iban llegando por detrás. 
Vistas desde Castrejón
Bajamos por la vertiente contraria y, tras encontrar el camino sin ninguna dificultad para los que llevamos estudiada la ruta, aunque hubiese alguno que pensara que lo único que hacíamos era dar rodeos y no se fiase de la orientación del guía, es decir, la mía, que hice la ruta hace 10 años, llegamos a un camino principal. Es por este que pasaron algunos de los miembros del club la vez que intentaron hacer la misma cima principal pero acabaron haciendo otra ruta, entre los que estaba uno de los que me criticaba en mi labor de guía. 
Sendero hacia Las Enguinzas desde Castrejón
Cruzamos este camino y la senda nos lleva derechos al collado previo a la ascensión a Las Enguinzas, desde el cual se veían los Pozos de Noja (lugar en el que acabaron la anterior vez que intentaron realizar esta ruta) pese que alguno no le convenciera que se llamaran asi, porque a su entender Noja quedaba muy lejos de allí. La verdad es que no les faltaba razón, lo que no sabía es que ese paraje también se llama Noja, concretamente Somo de Noja. 

Somo de Noja
Cima de Las Enguinzas
Buzón en Las Enguinzas
En la cima, tras deliberar sobre el estado del clima, con la conclusión del “Presi” de que era despejado con viento medio (ni que llevase un anemómetro encima) descendimos hasta el collado del Campón, entre la Peña de los Lobos y Peña Herrera, no sin antes enriscarnos un poco para dar emoción a la ruta y hacer una pequeña destrepada. Es lo que tiene salirnos de los caminos y tirar a derecho para atajar. 
Atajando y destrepando
Aquí comimos, alguno ya estaba, en las ultimas así que no admitiría dar un paso más (y menos subir otra cima jejeje). Tras reponer fuerzas comenzamos el descenso hacia La Cantolla, comenzamos a descender dejándonos caer por El Canalón, lugar donde nos encontramos a un pastor que buscaba a sus ovejas, presuntamente atacadas por perros (o eso dijo, ya que afirmaba que lobos no había). También amagó con dar un cachavazo al “Presi”, el cual, vio muy cerca el palo. En este lugar nos dimos cuenta que nos habíamos desviado y no teníamos que haber bajado por El Canalón sino un poco más a mas izquierda, así que siguiendo los pasos del pastor fuimos al encuentro del camino.
¿Otra vez perdidos? Ya comentamos que quizá no había que atajar...
Por lo menos el camino es bonito.
Una vez en el camino correcto fuimos descendiendo, viendo cómo iba aumentado, a medida que perdíamos altura el arbolado y mientras tanto, el “Presi” nos explicaba como por debajo de los 1.500 m de altitud era recomendable llevar pantalones largos, ya que por debajo de esta altitud, es donde predominan escajos y zarzas y te puedes pinchar las piernas. Llegamos hasta el PR que recorre el macizo de Las Enguinzas y más adelante empalmaríamos con el camino que baja hasta La Cantolla, no sin antes cruzar por enésima vez una portilla, cosa que llevamos haciendo desde que comenzamos la ruta, menos mal que esta vez no hubo ni que saltar ni arrastrarse por debajo para cruzarla.
Terminando la ruta...

... de vuelta a La Cantolla

Final en La Cantolla
La ruta se puede consultar en wikiloc aquí.

Y el resto de las fotos aquí.

miércoles, 13 de enero de 2016