En lugar de la subida a Las Enguinzas...

El Domingo teníamos preparada la subida a Las Enguinzas, desde el pueblo de Mirones. Bueno, más bien desde el barrio de la Cantolla. El mero desconocimiento del lugar, pensando que no íbamos a encontrar sitio para dejar los coches en dicho barrio, nos hizo recorrer el primer tramo de Mirones a La Cantolla por la carretera. Y ahí vino lo mejor: al atajar por una de las calles del barrio nos pasamos la señalización para las Enguinzas, confundiendo una estructura muy parecida a una iglesia(de lejos, pues es el Hotel París-La Torre) por la iglesia de La Cantolla, error que nos indujo a los siguientes, que vieron como nuestros pies nos lleaban a Miera, al barrio de La Cárcoba.

Una vez allí decidimos tomar la ruta a los Pozos de Noja que pese a la carretera que llega prácticamente hasta un kilómetro antes de los Pozos, nos mostró otra ruta que sumar a la colección. No es muy recomendable, al menos el tramo La Cárcoba-Los Pozos de Noja, por la carretera. Almorzamos en el primero de los Pozos, en el mirador, donde empezamos a notar que el soleado día que llevábamos iba tornando a un día nuboso, en el cual las nubes y la niebla iba y venía, confundiendonos a la hora de decidir si ponernos el forro o seguir en camiseta, ya que en el momento que nos le poníamos el sol nos obligaba a volvernoslo a quitar.

Pero la ruta de regreso a La Cantolla por las Peñas de Miera es lo que mejor sabor de boca nos dejó, con la ruta carbonera fruto de las fábricas de cañones de la zona cuya construcción y vistas nos permitieron disfrutar mucho más de la marcha.

Terminamos en Mirones a las cinco de la tarde, con el tiempo de sobra para parar en Liérganes a tomar algo antes de regresar a casa. Nos quedaron las ganas de haber subido a Las Enguinzas, pero eso nos ha dado una ruta que no conocíamos (todos) y nos permite tener una escusa para volver en otra ocasión a cumplir el objetivo que nos trajo a Mirones.

Todas las fotos aquí.