Este año, entre cambios de trabajo, restricciones por contagios, y por qué no decir, falta de tiempo, la primera ruta que hemos realizado ha sido la clásica travesía de Verano. Repetimos en Picos de Europa y se planteó pernoctar en Jermoso que no es un refugio del todo cómodo en cuanto a acceso pero tenemos en gran estima por el funcionamiento del mismo. El planteamiendo además era quitarnos otra cima no conquistada por el grupo como es la Palanca.
Unos días antes del comienzo ya empezaban los problemas por cuestiones de disponibilidad, dividiendo al grupo en dos etapas diferentes con un mismo final: los que partimos de Santander pronto como estaba acordado, para recorrer la ruta entre Fuente Dé, Cabaña Verónica y Jermoso por Tiro Casares, y los que tuvieron que salir a mediodía, optando por la ruta directa, subiendo los tornos y pasando Liordes y las Colladinas hasta el mismo refugio Diego Mella.
Siempre es una opción y personalmente he de decir que para rutas erntorno al cable sí lo recomiendo, realizar el ascenso al cable desde Fuente Dé por alguno de los accesos, bien la Jenduda o bien el Hachero, dependiendo del destino. El primero de ellos es más incómodo por el terreno pedregoso con piedra sueta y polvo, pero que de subida ambos son perfectos para acceder a la parte de El Cable. Sin embargo, cuando la ruta de por sí lleva bastante tiempo no hay que menos preciar el acceso que proporciona el teleférico de Fuente Dé. Es caro, sobre todo para el montañero, sí. Debería tener algun tramo horario con descuentos mucho más beneficiosos para los federados, también. Pero dejando ese debate aparte, te proporciona entre una y dos horas que se pueden emplear en el ascenso a alguna cima o llegar a alguna ruta más lejana.

Comenzamos la ruta, tras el desayuno de rigor en los tánagos, sobre las 9:20 de la mañana desde el aparcamiento de Fuente Dé, de camino al hachero, ruta del kilómetro vertical que nos colocaría en el Cable para poder "emprezar" a recorrer los picos. Tras realizar una parada bajo "El Portal de Picos" para reponer fuerzas con unos frutos secos, partimos de El Cable sobre las 12:30 hacia Cabaña Verónica.
A las 14 prácticamente, por otro lado, partía el segundo grupo de Fuente Dé, dividido en dos nuevamente, esta vez por el despiste de alguien que pensó que salir del turno de noche 3 días seguidos y dormir 2 horas le aportaría energía necesaria para la ruta, y se olvidó de poner alto el despertador. Pese a comenzar el trío Bolivar algo más de media hora antes, pronto el grupo demorado les alcanzó al comienzo de la subida de los Tornos de Liordes. Algo que ya se dijo, que los Tornos a medio día es como meterse en una caldera hirviendo... más tarde se demostraría.
El grupo de Cabaña Verónica llegaba el refugio sobre las 15h. parando para comer y refrescar la garganta. Prueba de nuevo que algunos no estábamos en nuestro mejor momento de forma. a las 15:30 y siguiendo las indicaciones del guarda del refugio nos adentramos en el caos de roca entre Verónica y Casares, guiados por puntos rojos marcados en la roca y hitos bien visibles.
Entre tanto se producía una de las primeras bajas: la falta de entrenamiento y exceso de tabaco hacían que unos de los más jóvenes terminase por retirarse antes de llegar a Liordes. Empezaban ya los nervios por la hora y el cansancio a hacer mella en el grupo, que algo más tarde y llegando ya a Liordes provocaban la segunda retirada del día.
Llegados a Tiro Casares, entre el Madejuno y la Torre del Hoyo Oscuro, encontramos un pequeño grupo que venían de Jermoso y nos confirmaban que tras dos collados más, uno de ellos el de la primera de las colladinas, llegaríamos al saliente desde el que veríamos Jermoso. Parada de descanso para tomar aire y rápido descenso por roca suelta hasta el siguiente collado.
En el grupo de Liordes, el rápido ascenso, la falta de sueño y las prisas por completar la primera etapa produjeron que, pese a los complementos, geles recuperadores y masajes, dos del grupo que quedaba empezaban a pinchar, obligando a dos a adelantarse para asegurar la cena en el refugio y a otro a cuidar de los dos contracturados.
Haciendo un descanso a la altura de la primera de las colladinas, los que veníamos de casares observamos lo que en principio nos pareció la otra parte del grupo, pero tras intentar comunicarnos una voz femenina nos hizo ver que no podían ser ellos, pero unos minutos después, la lucha de un montañero con una cabra cariñosa y las técnicas para hacer que el animal cejase en el empeño por sacar de él algo más que un chupetón nos hizo ver que al menos dos de nuestros compañeros estaban frente a nosotros. Un poco más adelante, en el collado nos juntaríamos con ellos y nos comentaban los abandonos y el retraso del grupo perseguidor, que se estimaba que llevaba algo más de 45 minutos de diferencia. Eran ya más de las seis y optamos por seguir para poder registrar entrada en el refugio y que al menos supiesen del tiempo que tardaría el resto del grupo en llegar.

A estas alturas del día, que te digan, "...- en cuanto veas el refugio solo quedan DIEZ MINUTOS..." hace que la media hora que te queda parezca eterna, pero sobre las 19h. más o menos terminábamos la etapa, tras 13 kilómetros y 10 horas y 20 minutos. Registrado el grupo no tardaron en aparecer los tres que nos faltaban, haciendo que la reserva de 11 pernoctas se quedase en 9 para la primera noche. Cena, puesta de sol sobre Peña Santa, ducha, y al sobre, que solo es el primero de los tres días de ruta.
Tras levantarnos para desayunar a las 8, no había hora antes, nos preparamos y concienciamos para desechar la idea de subir a la Palanca, que dejaremos para otra ocasión en la que contemos con mejor estado de forma. Es por eso que para volver a Verónica guiaríamos al grupo, ahora de 9 en lugar de 4, a través de las Colladinas y el collado de Hoyo Oscuro para pasar por Tiro Casares de vuelta al caos de roca para llegar a Cabaña Verónica.
Pese a todos los consejos, las ganas por vacunarse, o por bajarse y dejar tirado al grupo, uno de los vocales del Club nos abandonaba en el desvío al Cable. Luego irá diciendo que va a todas... Pero podía haber subido hasta Horcados Rojos al menos... El resto del grupo, ahora ya 8, continuamos hasta el collado entre Horcados Rojos y Tesorero y unos cuantos ascendimos a la cima de Horcados Rojos.
Una vez de regreso hicimos la parada para comer y así poder empezar el descenso a los Jou con ayuda del "cable" que cada vez es más un recuerdo que una vía de ayuda, debido a la cantidad de tramos en los que se ha roto y en los que ya no está presente.
Descendidos al Jou solo nos queda salvar el camino que nos separa del siguiente refugio, en este caso el de Urriello. El grupo se fue distanciando, seguramente por las ganas de llegar y descansar. Por desgracia una amarga noticia nos esperaba a la llegada. El sonido que rebotaba entre las paredes del monolito. era inconfundible, aunque quedaba la esperanza que se tratase del helicóptero de avituallamiento del Refugio Delgado Úbeda y no el de rescate del Principado de Asturias. Algo más tarde nos contaron que se trataba de un escalador que tras sufrir una fuerte caída tuvo que ser evacuado.
En este caso tuvimos tiempo para tomar algo y buscar cobertura antes de la ducha y de llegar la hora de la cena. Ensalada de pasta y estofado de patatas con carne para recuperar y un café antes de que nos tuviésemos que retirar para que pudiesen desinfectar las mesas (dichoso COVID).
Nos dio tiempo aún de poder comprobar la falta de respeto a la naturaleza y la búsqueda del riesgo en la montaña: antes de la cena, un corredor de ultra trail que entrenaba solo preguntaba si le daría tiempo para llegar antes de caer la noche hasta el refugio de Cabrones. Si no lo sabes es que no lo traes muy preparado y si es así mejor no arriesgarse, ya no solo por tí si no por la gente que dejas preocupada y/o los que tienen que salir en tu búsqueda de no llegar a destino. Y ya de noche cerrada, otro corredor que hacía el camino inverso, descendiendo por la brecha de cazadores y pasando frente al refugio para continuar descenso hacia Pandébano. Está claro que todo tiene su riesgo...

Tercer día de esta travesía y de nuevo cambiamos de parecer: desayunamos y nos adentramos en la canal de la Celada para girar a la derecha, hacia Collada Bonita, en lugar de subir como estaba planteado a Peña Castil y visitar la cueva del hielo para bajar por el Fresnadal a las Vegas del Toro y de ahí a Áliva. Nos decantamos por atravesar el Hoyacón de Villasobrada y las Coteras Rojas hasta el collado junto a la Garmona y de ahí descender por la canal del Vidrio a las Mánforas para parar a comer en el Hotel de Áliva. Tras la comida aún nos quedaba terminar de atravesar Áliva para descender tras la Fuente de los Asturianos hacia Fuente Dé.

En esta pista, la de Áliva, y antes de la fuente antes mencionada, aún había tiempo para otra anécdota: como si un certero disparo de francotirador se tratase, nuestro compañero se desplomaba todo lo largo que es, sin aparente motivo. Y es que el cansancio nos afecta a todos, y as algunos les hace no prestar atención al camino y tropezarse en lo más sencillo...
Al amparo ya del bosque en el sendero que nos lleva a Fuente Dé otro de los sanitarios del grupo descubrió que la ruta había hecho mella en él y le había obsequiado con 3 o cuatro paradas de emergencia evacuatoria, que después de la ruta tengo entendido que alargó unos cuantos días...
Pero por fin y después de 3 días de sol y roca llegamos de nuevo a la salida. Bajo estas líneas dejo el resultado del track grabado por el gps que no determinó bien las alturas pero sí la distancia y el tiempo. Espero que las fotos también os gusten y en su caso os hagan más familiar el camino.
Track de la Ruta en Wikiloc.
Album de la ruta en Google Fotos.