Y llego el Otoño, pero en todo su esplendor, domingo despejado que algunos de nosotros nos
resignamos a que llegará el frio vistiendo los plumas y gorros a regañadientes, pero ese no era
el caso de nuestros dos agregados
perrunos que desde que pusieron pie
en tierra en Lunada, no dejaron de
andar sin rechistar. Pues sí, frío y
sobre todo viento, fue nuestro
acompañante de aventuras en este
día con el objetivo de hacer tres
cumbres de cuyo principal pico era
Peña Lusa 1568 m divisoria natural
de Soba (Cantabria) y Espinosa de los
Monteros (Burgos).
La subida hacia nuestra primera cima es muy estirada, liviana, subes con poca pendiente y con
paso firme hasta llegar a una zona muy curiosa denominada Canal de Balmada que nos
introduce entre sus paredes coloridas de diversa vegetación y hacemos nuestro primer parón,
eran las once Javi, sin triskis pero el chocolate….no faltó.
Tras el parón llegamos a la cumbre de La Inmunia cuya planicie nos dejo a todos perplejos de
la cantidad de Jitos que habían hecho en su base, debe de ser una costumbre el elaborar uno
por cada visita que se haga, pues piedra hay de sobra, hasta para construir un refugio, desde
aquí ya empezamos a ver todo el esplendor de nuestro entorno cuyo día, aunque nublado, nos
dejaba otear toda su magnitud.
Reemprendemos nuestro camino bajando por una zona ya pedregosa y con algo más de
dificultad a lo que estábamos acostumbrados hasta ahora y poco a poco llegamos al alto de la
Tramasquera donde nos cruzamos con varios grupos de montañeros que debían querer
abordar la zona oriental hacía la zona de Soba, nosotros seguimos nuestro rumbo hacia el
inicio de la subida de Peña Lusa, que si bien la subida era un poco más exigente para nosotros,
para nuestros amigos Beagles fue un poco de alpinismo sin cuerdas, donde con bastante maña
fueron sorteando cuantos obstáculos se les ponían por delante..
Tras el pequeño esfuerzo llegamos a nuestro objetivo, Peña Lusa , desde cuyo balcón tienes
unas vistas espectaculares de la Castrovalnera y Pico de la Miel, en la zona Occidental, como
todo el valle del Asón y Soba si miramos hacia el Occidente.
Curioso es el nombre del “club” que ha apadrinado este pico “ Palomiteros Expedicción”, en
cuyo buzón dejamos nuestra tarjeta.
Tras el almuerzo de rigor emprendimos rumbo hacia la última cima que íbamos a visitar en el
día de hoy, la verdad que las tres distan a pocos cientos de metros y el llegar a ellas se hace
muy ameno por lo que seguramente en una mañana madrugando un poco se puede realizar
para poder visitar luego los manjares culinarios que hay por la zona, pero habrá que dejarlo
para otra ocasión…
Bajando poco a poco, con algo de cuidado llegamos a una braña que separa ambos picos para
rápidamente abordar la última subida hacia el alto Becerril, mucho más fácil que la anterior,
pero con vistas igual de fabulosas, desde este punto tenemos una vista muy buena de la base
de ejército ubicada en el Picón del Fraile, que desde varios puntos de la geografía cántabra,
por la noche, se ve iluminada.
Debido al viento reinante echamos un último ojo a nuestro alrededor para bajar hacia nuestro
punto de partida de esta ruta otoñal.
Como punto final a nuestra andadura nos quedo claro que cuando en una ruta que te
descargas en las indicaciones del autor te especifica que es recomendable el uso de polainas,
es por algo… los pobres tuvieron que ser alzados por el peligro con la multitud de Argomas que
poblaban esta zona deforestada y sus pinchos molestos.
Sobre 5 horas estiramos esta ruta que nos llevo por este bonito paraje muy recomendable
para todo tipo de senderistas, el camino en si no esta balizado pero hay numerosos jitos que
muestran la ruta a seguir.
Puedes ver el resto de las fotos en los albumes del club pulsando aquí.
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