sábado, 28 de diciembre de 2024

RUTA CIRCULAR POR EL MACIZO DE ARRIA

Con el turrón aún atascado entre las muelas y los polvorones haciendo estragos en nuestras cinturas, decidimos despedir el año con una última ascensión al macizo de Arria. La expedición partió de Venta Fresnedo, un enclave tan diminuto que encontrar aparcamiento resultó una odisea. Finalmente hallamos una explanada al borde de la carretera que, en un principio, confundimos con una simple dilatación asfáltica. 
El primer asalto a la montaña puso a prueba nuestra pericia en el arte del vadeo. A falta de puente, tocó demostrar quién tenía el equilibrio de un sherpa y quién, bueno, no. De los cinco intrépidos montañeros, solo uno mojó su bota en río, pero gracias al todopoderoso Gore-Tex, la cosa no pasó a mayores… 
A partir de ahí, nos adentramos en un bosque que parecía sacado de un cuento de hadas… si los cuentos de hadas tuvieran árboles caídos bloqueando el camino y una vegetación digna de la selva amazónica. El antiguo cambero, se resistía a ser encontrado. El GPS, nuestro fiel compañero, nos guió a través de claros entre la maleza, donde las zarzas nos recordaron, a base de arañazos, que la montaña no perdona ni un despiste. Encontramos restos de cintas de balizaje, cual reliquias de expediciones pasadas, que servían más como recordatorio de que alguna vez hubo un camino que como guía efectiva. 
Ascendimos por un terreno que combinaba barro, piedras y humedad en una perfecta armonía. Llegamos a los restos de una cabaña, ahora pasto de la maleza. Tras dejar atrás este vestigio de la civilización (o de lo que quedaba de ella), entramos en zonas más despejadas, con pastizales y restos de otras cabañas. 
En uno de los collados, junto a un caballo que nos miraba desde los alto, hicimos un alto para “las 11”. Mientras degustábamos nuestros humildes víveres, debatimos sobre la estrategia de uno de nuestros ausentes compañeros para ascender al Mont Blanc a base de Doritos y Risquetos. El debate, para ser sinceros, se inclinaba más hacia el escepticismo absoluto. 
Casi sin darnos cuenta (o quizás porque la conversación sobre los Doritos nos distrajo), alcanzamos la cima del Cuetu el Castillo (1002 m). ¡Otra cumbre sin buzón! Alguno ya esta haciendo toda una lista. 
El descenso, por un estrecho canalón, nos llevó a terrenos más herbáceos, desde donde bajamos a los invernales de Arria. La senda, aunque bien marcada, seguía empeñada en poner a prueba nuestro equilibrio con generosas dosis de barro. Las polainas, se convirtieron en objeto de deseo para más de uno.
Finalmente, llegamos a un pastizal desde donde tomamos la pista de vuelta a Venta Fresnedo. La búsqueda de un lugar digno para reponer fuerzas tras tal gesta se convirtió en otra pequeña aventura. Al final, cual peregrinos modernos, nos acomodamos junto al cartel del Año Jubilar Lebaniego, una coqueta y minúscula área de descanso con banco y fuente (pero sin papelera, ¡un drama!). Allí, entre anécdotas y risas, dimos buena cuenta de nuestras provisiones, dando por concluida, con éxito (y mucho humor), nuestra particular expedición a este macizo.
Puedes ver el resto de las fotos aquí.

Track de la ruta en wikiloc:
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domingo, 17 de diciembre de 2023

Pico Boru y Cueto Tejado

Último mes del 2023 y también la oportunidad de cerrar el año con una nueva ruta, pendiente desde hace meses en las sugerencias propuestas. Dos cimas asequibles y en una zona a la que personalmente no me había dado por exlorar, ya que siempre que realizamos ascensiones por esta parte de los Picos nos quedamos con las que rodean al casetón de Andara y que quedan en ruta a través de este refugio.

Arrancamos a las 7:30 de la sede del club rumbo a Sotres, pero con parada obligada en La Casa Azul de los Tánagos. Cogemos fuerzas y un bocadillo de pollo para el que no preparó la comida el día antes y nos ponemos en camino hacia nuestro destino, pasando por Panes y con una gran sorpresa. Al llegar al desvío para Arenas nos aguarda un cartel anunciando el corte de la carretera a la altura de Cáraves. Ahí conocimos la parte alta de este paso, antes de Mier desviándonos por la AS-345 pasando por Alles y continuando hasta daral mismo Arenas. No supuso mucho retraso pero sí unos cuantos kilómetros de carretera más.

Llegados a Sotres primera mala noticia. El Hostal La Perdiz, que nos acogiese en la travesía de Junio de 2017 y al que siempre habíamos proyectado volver había desaparecido en favor de otro establecimiento, pequeño "disgusto", aunque siempre queda probar si este hostal iguala en atención al que nos refugió entonces.

Dejamos el coche bajo el hostal y comenzamos nuestra ruta ascenciendo por la calle junto al hotel Casa Cipriano que lleva hacia el albergue, La Eria Allende, calle que nos saca de Sotres por la ladera sur y asciende hacia la Majada del Robro. Ya dejando atrás el pueblo nos topamos con un par de bancos colocados para deleite de paseantes que quieran acercarse y disfrutar de unas buenas vistas de Picos.


La pista va serpenteando y nosotros atentos a los desvíos, y con el último dejamos la pista para tomar el sendero que nos lleva a través de la Majada del Medio hacia el collado Fuente Soles. Dado que el ascenso es bastante suave, ya el grupo de cabeza empieza a meter la directa y nos lleva con la lengua fuera hacia las cotas más altas, en la búsqueda de nieve invernal. Cosa que pudimos comprobar, pese a lo avanzado de la estación, ya muy poca nieve se conserva en estas cotas. Esperemos que con la llegada del 2024 caigan buenas nevadas que nos aseguren los acuíferos de Picos para el verano.




Pudimos pasar cerca de lo que puede ser uno o varios pequeños rebaños de rebecos que incansablemente subían y bajaban por las laderas, no sabemos si asustados por nuestra presencia o bien buscando la escasa comida que el invierno les dejaba entrever por encima de las poco nevadas lomas en las que se encontraban. Las fotos no hacen justicia a lo cerca que nos dejaron pasar de ellos.





Pasado el Collado Fuente Soles se pueden contemplar ya cimas como el cercano Macondíu, en cuya base se encuentra el refugio del Casetón de Andara, aunque no conseguimos verlo desde ningún punto de la ruta.


Seguimos nuestro ascenso y empezamos a distinguir las cimas que vamos a cubrir hoy. Tomamos la cara este del Pico Boru como objetivo para buscar la mejor manera de subir, atravesando las laderas heladas y buscando pasos de piedra para no necesitar hacer uso de los crampones, más que nada por no anda con el "quita pon" debido a la poca nieve caída, que dejaba al descubierto demasiada piedra como para andar con ellos el resto del camino.

Primer ascenso cubierto, bonita y asequible cima con el detalle de un buzón que pese a faltarle tapa para poder dejar tarjeta de cima, es visible desde casi toda la ruta, ya que asoma perfectamente y su brillo hace que se pueda tomar como referencia. Foto de cumbre y proseguimos.


Y ahora lo que vamos a intentar es proseguir hasta el Cueto sin mucha pérdida de altura, cresteando entre ambas cimas. Buscando el mejor paso sin necesidad de material nuevamente fuimos recorriendo el cresterío hasta ell collado previo al Cueto. Aparentemente el brillo de la nieve hacía pensar en que estaba muy compacta y posiblemente encontrásemos hielo, pero dado el poco espesor y que eran visibles las rocas nos pusimos rumbo a la cumbre comprobando a nuestro paso que no era necesario el uso de material de progresión.

Hecha cumbre en Cueto Tejao continuamos hacia Valdominguero, tan solo por reconocer terreno hacer algo más circular la ruta. Comenzamos a poner rumbo de regreso cresteando alguna de las Picas del Hoyo Sin Terre, dejando el pico Soriano a la derecha para enlazar más adelante el camino que proviene de Fuentes Soles. Antes de ello aprovechamos para hacer una parada para almorzar.

Camino ya conocido el que nos devuelve al collado de Fuentes Soles y que vuelve a descencer por collado la Cima y collado del Medio hacia las pistas ganaderas que nos devuelven a Sotres, no sin antes registrar el patinazo y esguince del "presi", que a día de hoy le sigue dando guerra, casi dos semanas después. 

Breve pero bonita incursión por el macizo oriental que seguro continuaremos reconociendo.

Puedes ver el resto de imágenes en el album del club pulsando aquí.

A continuación, el track realizado:

 

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domingo, 22 de octubre de 2023

LA INMUNIA – PEÑA LUSA – BECERRIL



Y llego el Otoño, pero en todo su esplendor, domingo despejado que algunos de nosotros nos resignamos a que llegará el frio vistiendo los plumas y gorros a regañadientes, pero ese no era el caso de nuestros dos agregados perrunos que desde que pusieron pie en tierra en Lunada, no dejaron de andar sin rechistar. Pues sí, frío y sobre todo viento, fue nuestro acompañante de aventuras en este día con el objetivo de hacer tres cumbres de cuyo principal pico era Peña Lusa 1568 m divisoria natural de Soba (Cantabria) y Espinosa de los Monteros (Burgos). 



La ruta es circular y no presenta dificultad alguna salvo tener cuidado con algún cazador, mucho más madrugadores que nosotros, que estaban apostados pendientes de ver a alguna liebre saltarina, pero nada más pasar la senda que rodea las peñas y encaminarnos al bosque de hayedos dejamos de verlos para nuestra tranquilidad y la de David que temía que Nala y Maya se sumarán al divertimento de jugar al escondite con tan inquietante compañía. El paraje en estas fechas de árboles de hoja perenne al igual que cualquier otro bosque de Cantabria, espectacular. 


La subida hacia nuestra primera cima es muy estirada, liviana, subes con poca pendiente y con paso firme hasta llegar a una zona muy curiosa denominada Canal de Balmada que nos introduce entre sus paredes coloridas de diversa vegetación y hacemos nuestro primer parón, eran las once Javi, sin triskis pero el chocolate….no faltó. 
 
Tras el parón llegamos a la cumbre de La Inmunia cuya planicie nos dejo a todos perplejos de la cantidad de Jitos que habían hecho en su base, debe de ser una costumbre el elaborar uno por cada visita que se haga, pues piedra hay de sobra, hasta para construir un refugio, desde aquí ya empezamos a ver todo el esplendor de nuestro entorno cuyo día, aunque nublado, nos dejaba otear toda su magnitud.



Reemprendemos nuestro camino bajando por una zona ya pedregosa y con algo más de dificultad a lo que estábamos acostumbrados hasta ahora y poco a poco llegamos al alto de la Tramasquera donde nos cruzamos con varios grupos de montañeros que debían querer abordar la zona oriental hacía la zona de Soba, nosotros seguimos nuestro rumbo hacia el inicio de la subida de Peña Lusa, que si bien la subida era un poco más exigente para nosotros, para nuestros amigos Beagles fue un poco de alpinismo sin cuerdas, donde con bastante maña fueron sorteando cuantos obstáculos se les ponían por delante.. 


Tras el pequeño esfuerzo llegamos a nuestro objetivo, Peña Lusa , desde cuyo balcón tienes unas vistas espectaculares de la Castrovalnera y Pico de la Miel, en la zona Occidental, como todo el valle del Asón y Soba si miramos hacia el Occidente. 
 


Curioso es el nombre del “club” que ha apadrinado este pico “ Palomiteros Expedicción”, en cuyo buzón dejamos nuestra tarjeta. 

Tras el almuerzo de rigor emprendimos rumbo hacia la última cima que íbamos a visitar en el día de hoy, la verdad que las tres distan a pocos cientos de metros y el llegar a ellas se hace muy ameno por lo que seguramente en una mañana madrugando un poco se puede realizar para poder visitar luego los manjares culinarios que hay por la zona, pero habrá que dejarlo para otra ocasión… 


Bajando poco a poco, con algo de cuidado llegamos a una braña que separa ambos picos para rápidamente abordar la última subida hacia el alto Becerril, mucho más fácil que la anterior, pero con vistas igual de fabulosas, desde este punto tenemos una vista muy buena de la base de ejército ubicada en el Picón del Fraile, que desde varios puntos de la geografía cántabra, por la noche, se ve iluminada. 

Debido al viento reinante echamos un último ojo a nuestro alrededor para bajar hacia nuestro punto de partida de esta ruta otoñal. 

Como punto final a nuestra andadura nos quedo claro que cuando en una ruta que te descargas en las indicaciones del autor te especifica que es recomendable el uso de polainas, es por algo… los pobres tuvieron que ser alzados por el peligro con la multitud de Argomas que poblaban esta zona deforestada y sus pinchos molestos. 

Sobre 5 horas estiramos esta ruta que nos llevo por este bonito paraje muy recomendable para todo tipo de senderistas, el camino en si no esta balizado pero hay numerosos jitos que muestran la ruta a seguir.

Puedes ver el resto de las fotos en los albumes del club pulsando aquí.

domingo, 24 de septiembre de 2023

Torre Blanca desde Fuente dé con ida por Canal de la Jenduda y vuelta por la Canal del Hachero

Un buen domingo a las puertas del veranito de San Miguel fue la fecha elegida por estos 6 amigos para realizar una ruta muy recomendable cuyo destino no era otro que la cima de Cantabria, porque aunque siempre hemos entendido que Peña Vieja tiene este mérito, ya que se encuentra íntegramente en territorio Cántabro, no debemos de olvidar que esta bella montaña tiene un trozo de nuestra tierra que compartimos con la vecina y querida provincia de León. 

Empezamos prontito, aunque no tardamos en darnos cuenta de las ya pesadas y largas obras del desfiladero de la Hermida con sus cuatro semáforos que la hacen interminable, ¡¡¡ que sería de la espera si no fuera por ese entorno!!!!, pero al final llegamos, no a la hora deseada, pero si para emprender sobre las 9 desde el aparcamiento de Fuente Dé rumbo a las Canal de la Jenduda. 

Vamos calentando las piernas en ese progresivo subir por el sendero que siempre acompaña a la izquierda los pastos de Fuente Dé, pero no nos equivoquemos, la antesala de la Canal no engaña a nuestras piernas ya que a pocos metros de la bifurcación con la otra vía que elegiremos para nuestro regreso, El Hachero, pone la pendiente del camino las piernas a tono para ir sospechando lo que nos espera. 

Subiendo a buen ritmo llegamos al famoso paso de cuerdas, he dicho ¿cuerdas?, pues no, algo ha cambiado en el famoso paso y es que han cambiado esa cuerda de color rojo por una cadena robusta y unos peldaños de tetracero que subiría cualquier persona sin el más mínimo esfuerzo, la verdad que estos nuevos medios de acceso le quitan un poco del romanticismo de esta canal que durante años tenías que pensártelo dos veces si querías ver sus paredes. 

Una vez coronada la Canal vemos ya la Lloroza y sus peculiares pozos que estaban con agua tras las lluvias de las últimas semanas, siguiendo el sendero nos incorporamos a la S-20 de Picos.. el sendero de La Vueltona donde a buen paso vamos sorteando a varios montañeros que se van quedando por las bifurcaciones con destino a Peña Vieja y posteriormente a Horcados Rojos, pero nosotros no apartamos nuestra mirada de ese jito metálico que en esta zona se ve a kilómetros, la siempre peculiar Cabaña Verónica que a nuestra llegada disfrutamos una vez más de las vistas y charladas con otros compañeros que nos deleitan con vivencias o aspiraciones… abajo la luna, el Jou Sin Tierra. 


 Tras el parón de rigor volvemos a encarar nuestro destino ya perfectamente visible, para ello tenemos que ir por la parte posterior del refugio, en la zona donde suelen pernoctar en vivacs al más puro estilo montañés, y empezamos a seguir esa hilera de jitos por un terreno ya puro de Picos de Europa donde sortearemos esas rocas calizas que a veces parecen lija y otras veces están afiladas como cuchillos. Iremos disfrutando del paisaje entre el Pico Tesorero y Hoyos Sengros para ir encauzando la zona de la Collada Blanca, que nos llevará a los últimos metros más exigentes de nuestra cota en la que hay que poner todos los sentidos en la labor pero sin poder decir que la subida es peligrosa ya que con un poco de maña se sube sin dificultad ni peligro, a 80 metros de coronar es buen momento para coger fuerzas para tal menester.



Una vez en la cota nos encontramos con unos compañeros leoneses con los que hemos compartido la ruta desde el parking, muy amables nos intercambiamos las fotos grupales de rigor y aprovechamos para ese bocadillo desde una de las mejores terrazas( eso sí, sin cafetería) de Picos de Europa, desde allí se puede ver todo el Macizo Central con Pico Cabrones, Torrecerredo, Torre Bermeja, Torre Coello…. 

Al Oeste observamos como buen guardaespaldas Tiro Tirso, Torre Lambrión , Torre de las Llastrías, su izquierda asoma Torre Casiano de Prada… al fondo (derecha) asoma el Macizo del Cornión con una de las etapas de nuestra anterior aventura por las faldas de Peña Santa de Castilla. 

A nuestra derecha nos encontramos con una zona perfectamente reconocible por los Cántabros, con Peña Olvidada (seguro que alguno estará colgado de sus paredes), Peña Vieja, Picos de Santa Ana y Torre de los Horcados Rojos ( de derecha a izquierda). Si nos fijamos en la derecha asoman Tiro Llago y Pico Madejuno en cuyas cimas vemos cabezas de otros aventureros. 

Una vez repuestas las fuerzas toca volver y tras probar la resistencia de nuestros cuádriceps en esas bajadas de pendiente y piedra rota nos damos cuenta que la opción que nos hubiera gustado, de volver por la falda de Tiro Lago pasando por las Minas de Altaiz y Lloroza, la tendríamos que dejar para otra ocasión por lo que nos toca desandar lo andado y poner rumbo hacia el Refugio de Cabaña Verónica, en este trayecto tuvimos, como no, nuestro percance, pero es lo bueno de tener en la grupeta un enfermero- zapatero, que tan pronto nos sirve con un fabuloso jugo a base de vinagre de manzana para litigar los calambres de algún compañero en las piernas como nos remienda una bota rota con un esparadrapo compresor…gracias José. 
Continuamos nuestro camino por esa vía de Collada Blanca que nos muestra Hoyos Sengros en todo su esplendor para poco a poco ir llegando al refugio más resplandeciente de Picos de Europa donde hacemos una parada y por qué no, alguna cerveza se disfrutó. 

 



Poniendo fin a nuestra aventura fuimos de manera constante y con buen pie poniendo rumbo hacia el cable, la hora mandaba que nos diéramos prisa ya que algunos de nosotros no iba a estar por la labor de volver por la Canal de Hachero porque la fatiga acumulada era considerable y la estación tenía su hora de cierre. Pero aún tres de nosotros queríamos bajar por esa Canal que si bien al principio es un poco tortuosa, pronto se abre para seguir esa senda que tantos mineros recorrieron hace más de algún lustro. Por el camino se puede observar varios vestigios de la antigua mineria a donde llegaban los materiales de las diversas minas de la zona alta ( Altaiz, Lloroza…), así como el nacimiento del Rio Deva donde repostamos nuestras botellas para llevar un trozo de lo vivido hacia nuestros hogares.



Por último no podía faltar la parada de rigor para abastecerse del complemento perfecto para enternecer las miradas de las familias al llegar a casa después de estar éste domingo incomparable en una estupenda compañía.


Puedes ver el resto de las fotos aquí.

lunes, 21 de agosto de 2023

Travesía desde Poncebos a los Lagos de Covagonga por Culiembro y por Mesones a Caín

Este año la travesía escogida pretendía satisfacer la petición de uno de los compañeros de recorrer la parte de los Lagos y el macizo de Peña Santa que por lo que fuese no había coincidido en ninguna ocasión anterior. Y buscando ese objetivo pretendimos hacer una circular pasando por los Lagos de Covadonga y Peña Santa como máximos exponentes de este macizo. El primer escollo fue que nos quedamos sin plazas para pernocta en El refugio de Vega de Ario, por lo que la alternativa parecía clara: Vegarredonda y Caín. He de decir aquí que hay un refugio del Principado en los Lagos que desconozco cómo se puede reservar pero que puede ser mejor opción para acortar los km del primer día.


Y es que saliendo a las 7 de la mañana de Mompía, con la habitual parada para desayunar en los Tánagos, comenzamos la ruta en Puente Poncebos, tras tener suerte para aparcar los coches, sobre las 9:30h, recorriendo parte de la ruta del Cares hasta el comienzo de la Canal de Culiembro, parte de la ruta de la Reconquista, que nos haría ganar altura para llegar a la Majada de Ostón y posteriormente a la Vega de Maor en la búsqueda del Collado de Sierra Buena.

Canal de Culiembro

Es en el Collado donde decidimos parara comer y así dividir la ruta para realizar por la tarde la parte que nos llevaría hasta los Lagos de Covadonga, cruzando las cabañas de Arnaedo y tomando el camino hacia el Jou de Belbín donde la fuente estaba prácticamente seca, brotando un pequeño hilo para refrescar ligeramente la garganta.

Proseguimos la ruta pasando junto a la Fuente  la Texa, esta con más caudal, tras la cual una pequeña subida nos permitía avistar el primero de los lagos, La Ercina, y su cafetería. Alguno que otro ya acusábamos desde algún km atrás serios problemas en los cuadriceps, y gracias al cuñado conseguimos tomar fuerzas de una lata de coca cola y subir al mirador entre lagos, foto de grupo...

... y ágil descenso al Enol para rodearlo y coger velocidad en la vega de Enol, camino del Collado de Pan de Carmen, punto desde el que nuestro camino vuelve a ganar altura para llevarnos hasta el Refugio de Vegarredonda, atravesando Vega La Piedra y El Espino y un largo camino(o al menos a mí así se me hizo) a través de Becerra de la Rondiella hasta el citado refugio.

Mala era la reputación que le precede, por el seco tratamiento de sus responsables, aunque grata fue la sorpresa que salvo una de estas personas, el resto del personal fue muy cordial y agradable. La larga ruta, de más de 29km hizo que los retrasados (por llegar tarde) pasásemos de las 20h. hora en que se sirve la cena y por tanto no pudo el grupo de cabeza esperar al de cola para cenar.

No sé si fue por el sabor o por el hambre que la cena no duró mucho en el plato, y rápidamente pudimos refrescarnos y cambiarnos para ir pensando en coger la cama.

Sábado, segundo día. Mucho dió que hablar alguna que otra serenata nocturna, lo que amenizó el despertar y el desayuno. Nos dimos cuenta que no nos destacamos por ser muy madrugadores porque fuimos los últimos en desayunar y comenzar la subida hacia El Collado La Fragua, subiendo a través de la Vaga el Muslo.

Es la subida la que hace mella en el grupo que va estirándose hasta tener una cabeza bien diferenciada de los que marchaban por detrás, por lo que, aprovechando el descanso en el Jou de los Asturianos, tras pasar por el campamento de espeleo en Huerta la Mazada y las Cuestas de Jou Sin Tierri. Desde este punto ya conseguimos un grupo más compacto que discurrió junto hasta el Collado de Jou Santo.

Tras la foto de rigor, un descenso al Jou por el camino de roca volvió a estirar levemente el grupo hasta llegar al Boquete. Atrás queda ya el disfrute de la vista de la cima Santa de Castilla, imponente monolito que destaca junto a cimas como Las Tres Marías, Cebolleda, Pico de los Asturianos y Torre de la Canal Parda, cimas que anotamos para una siguiente visita a este macizo.

Tras el Boquete el grupo emprende camino hacia el Collado Verde, tras roca y roca, y es en Jucabao donde paramos a comer. Un descanso al sol que nos permitió coger fuerzas para el largo descenso hasta Caín atravesando El Hormigal y Mesones, con sus secas fuentes. Cerca de la cascada que bajaba también con poco agua aprovechamos el hilo de una de las fuentes para refrescarnos y volver a unir el grupo. Y ya desde aquí descendimos cada uno a su ritmo para, sorteando algunos excurcionistas tardíos a los que indicamos que para el refugio de Vegarredonda tenían un largo, laaargo camino, descandimos hasta Caín de arriba. Unos por la pista, otros por el Sedo, descendimos finalmente a nuestra meta, El Albergue de Caín, donde cerveza fría y aguas frescas del río cares aliviaron gargantas y piernas cansadas.

Prácticamente travesía conseguida ya que lo que nos quedaba para los coches ya era poco. Esa noche no disfrutamos como en otras con victorias de Madrid o derrotas del Barça, nos tuvimos que conformar con que no fuesen más de dos goles los que encajara nuestro Racing de Santander, que muy amablemente nos puso nuestro amigo de la Casona de Palmira. Y tras una agradable cena, aún le esperaba trabajo a nuestra especialista en pies cansados, que aún conservaba fuerzas para tratar de paliar los dolores de las exigentes bajadas realizadas por la Canal de Mesones.

Otra vez sin mucho madrugar desayunamos lo últimos y emprendimos el camino de la Ruta del Cares hacia Puente Poncebos. 

Eran claras las mellas de lo recorrido pero recompensadas por el liviano camino hasta el Cares, donde un buen baño en el río nos separaba de Arenas de Cabrales. Rápida y sin muchas altertnativas era la elección de nuestro restaurante, El Buen Yantar de Picu Urriellu, donde unas ensaladas y choricillos entrantes escondían los grandes cachopos que entre pecho y espalda ¡íbamos a Yantar!


Buena ruta y mejor compañía, la de estos quince montañeros que hacen nuestra ruta más multitudinaria, pese a las grandes ausencias a las que esperamos ver en la siguiente.

Para ver el resto de las todos o acceder a los tracks podéis hacer uso de los enlaces que os compartimos aquí:

- Fotos de la ruta, desordenadas porque son compendio de todas las aportaciones, pulsando aquí.

- Track etapa 1: Puente Poncebos -Vegarredonda.

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- Track etapa 2: Vegarredonda - Caín.

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- Track etapa 3: Caín - Puente Poncebos "La Ruta del Cares".

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domingo, 6 de noviembre de 2022

Una clásica del macizo occidental: el Mirador de Ordiales y pico Cotalba

Esta ruta comenzó con un madrugón de los ya estamos desacostumbrados y con dos mierdas, ya que se supone que íbamos a asistir 5 a la ruta y solo nos presentamos 3. Uno fue una mierda literalmente ya que paso todo el día y noche anterior sentado en el trono, por lo visto. El otro, se rajó por la noche tras varias escusas (que si rodadas, que si el tiempo, que si la época del año, etc), avisándonos que no contásemos con él, ya que había pasado la semana de vacaciones y estaba muy cansado como para darse ese madrugón. Pero como somos buena gente lo perdonaremos, ya que es la primera tirada de barco que nos hace. Esperemos que nos lo compense preparando la próxima ruta del club. 


Tras realizar prácticamente todo el viaje de noche y ver de la que estábamos llegando como amanecía sobre los Picos, llegamos al collado de Pan de Carmen (¿sería que una pastora haría pan aquí? Estaría bien conocer la historia de este nombre), y menos mal, porque si hubiésemos dejado el coche en los Lagos de Covadonga, la ruta se hubiese alargado al menos una hora entre ir y volver. 

Comenzamos la ruta en dirección a Vega del Huerto y cruzando el puente junto al Pozo del Alemán, lugar en el que se bañaba un alemán, al que le gustaron tanto los picos de Europa que se vino a vivir junto a ellos (y este dato no es una suposición). Seguimos subiendo pasando por Vega la Piedra, muy fácil de identificar por la gran piedra que hay como si estuviese colocada a propósito y La Redondiella, un grupo de cabañas que es hasta donde llega el camino perfectamente marcado. Esto se debe, como suele ser habitual en Picos de Europa, a que aquí hubo una minas. Aquí el camino se convierte en sendero, aunque sin ninguna perdida ya que esta es una zona por la que suele haber transito y enseguida llegamos al refugio de Vegarredonda, el cual, ya había terminado la temporada y por eso estaba cerrado. Es digno de comentar, que en este lugar, por primera vez, hemos tomado “las 11” antes de las 11:00, todo un hito para nosotros, se nota que hemos madrugado y no hemos desayunado por el camino.

Continuamos la ruta ascendiendo cómodamente por la Sierra Pelada ya que hay unos falsos llanos (de los de verdad) hasta llegar al refugio de Ordiales de Abajo, que se encuentra en una campa que estaba plagada de rebecos, pastando o corriendo de forma impresionante por las rocas y que pese a que iba llegando gente a la zona, ellos no se movían. Desde aquí hasta el Mirador de Ordiales, es un pequeño paseo de 5 minutos. Llegamos al Mirador de Ordiales, que por cierto, es un mirador natural, no os esperéis una plataforma como la que hay en El Cable en Fuente Dé o el de Santa Catalina en la Bolera de los Moros. 



Eso si, las vistas son espectaculares, ya que se trata de un cortado en el que da vertigo asomarse. Desde aquí pudimos a ver a la perfección en trazado de rutas como la Senda de la Jocica o la Senda del Arcediano, que las tenemos relativamente recientes, así como el Cantu Cabroneru en medio de ambas, el cual aún tenemos pendiente (aviso a navegantes!! o a miembros del club en este caso). 






Aun queda poner la guinda al pastel a la ruta, y no nos podemos ir sin hacer una cima, en este caso es la del pico Cotalba (2.026 m), y tras buscar los jitos que nos indican por donde va la subida, nos ponemos en marcha. Parecía una subida cómoda, aunque de estas en las que siempre aparece una cima más alta detrás de la que ves que vas a subir. Todo iba bien, subíamos a ritmo y con en tiempo muy controlado, hasta que nos desviamos en un cruce en el que no vimos un jito gigantesco (aunque un poco desmoronado en nuestra defensa, y que yo mismo me encargue de volver a colocar a la vuelta las piedras en su sitio) y engañados por otros jitos nos metimos en una pequeña canal en la que tuvimos que hacer una trepada que nos hizo sudar la gota gorda y nos hecho a bajo los tiempos, pero conseguido superar este “pequeño inconveniente” hicimos cumbre. 


Una cumbre que aunque pase raspando lo 2.000 m tiene unas vistazas increíbles y que por cierto no tiene buzón o al menos aquel día no lo tenía, porque parece ser que lo hubo. Así que no quiero meter presión, pero igual tenemos que poner nuestro primer buzón en un 2.000 de Picos, lo digo por si alguno se anima, ya que la cima en la que pusimos nuestro primer buzón fue muy criticada: “que si aquí no viene nadie”, “que si es una cima muy fea”, “que si no llega a los 2.000 m”, etc. etc. Se que el hombre del caldero estaría dispuesto a volver a cargar con ello. 






Descendemos de la cumbre (por el camino correcto, nada que ver por donde nos habíamos metido para subir) y paramos a comer en el refugio de Ordiales donde hace algo menos de viento. 







Ya solo nos quedaba regresar hasta el coche, aunque no sin antes parar a repostar agua en Vegarredonda, donde casi nos comen unos perros que custodiaban el refugio como si algo súper valioso se guardase en su interior, aunque realmente lo que querían era meter un poco de ruido. Finalmente llegamos al coche en hora y con ganas de hacer una paradita en nuestro querido Royal III para merendar y ver las novedades que tienen en su obrador.


El resto de las fotos las puedes ver aquí