Segunda jornada de nuestra Travesía por Ordesa y Monte Perdido. Esta iba a ser una jornada sencilla por lo que no hubo que madrugar. Tampoco sabíamos que ibamos a andar bastante bien por lo que nos iba a sobrar tiempo y como bien ha hecho nuestro guía, supo tomar las mejores decisiones. El caso es que se acordó levantarse cada tienda a su ritmo, recordemos que hemos dormido en ellas esta noche, para devolverlas a la hora que nos pide el refugio. Todas deben ser devueltas a las 8 de la mañana, y tras la devolución nos fuimos a desayunar.

Desde bien pronto ya la gente había ido levantándose en el refugio y prácticamente íbamos a ser los últimos en abandonar Goriz, sobre las 9:15 de la mañana, en dirección a la Brecha de Rolando. No nos importaba ya que en nuestra cabeza teníamos entendido que, como hemos comentado, iba a ser una ruta de recuperación. Tomamos las últimas fotos de grupo en la puerta del refugio y emprendimos la marcha. No recordamos preguntarle a Marco si lo tenía todo guardado, y por lo visto igual que la mañana anterior, también se dejó una sudadera de nuevo de recuerdo en el refugio. Espero Marco que consigas que te devuelvan esta que la tenías aprecio.

Tomamos el camino señalado que os iba a llevar a Planeta Millaris, paralelos a la Faja Luenga, atravesando los humedales en los que nos encontramos varias marmotas como el día anterior. Nos acompañaron en parte de la ruta de camino al collado Millaris. Una vez en el collado hicimos una parada para poder asomarnos a un mirador natural bajo el Millaris que nos permite ver una panorámica expectacular incluyendo la Brecha y el Taillón. Y ya creo que Carlos empezó a ver la posibilidad de hacer cima en esta y aprovechar así sin tener que volver desde el refugio francés al día siguiente.

Tras la parada continuamos el ascenso hasta el Collado del descargador, desde donde un camino rocoso y caótico nos conduce por el terreno hacia la gruta de Casteret. Cuando el camino parece dividirse dudamos entre confiarnos hacia la cota más baja, ya que desde este punto se ven múltiples caminos que la gente va siguiendo tanto para ir hacia los Sarrios como para subir directamente a la Brecha o incluso para desviarse hacia el Taillón. Dado que uno de los puntos interesantes era alcanzar la Gruta que puede ser la cueva de hielo más alta, terminamos, por un lado u otro, subiendo a esta para hacer una paradilla y visitarla.
Tras la gruta, el camino parece continuar marcado pero más allá de lo imaginable, se torna de nuevo caótico y hace que nos abramos paso con ayuda de los hitos entre rocas hasta poder enlazar el camino de los Sarrios, estrecho paso provisto de una cadena que nos ayuda a seguir una pequeña cornisa de unos 25 metros en la que tan solo cabe un pie de de lado.
Salvada la cornisa y solo quedan unos metros para llegar a la Brecha de Rolando, desde la que podemos ver el nevero más abajo tras el cual se debe encontrar el refugio del mismo nombre o de sarradets, como el pico al pie del cual se erige el refugio. Pero ya cuando un servidor consiguió llegar, el grupo tenía claro que lo suyo era almorzar y atacar el Taillón, ya que por tiempo y esfuerzo no lo íbamos a tener más cerca. Dicho y hecho, salvo unos pocos, el resto cogimos la mochila de ataque con algo de agua y emprendimos la subida.

Comenzamos paralelos al Pico Bacillac hasta llegar al siguiene collado sobre el que se levanta como un capricho de la naturaleza un roca con pinta de sostenerse "por los pelos", lo que vulgarmente se conoce como el Dedo, y que tras salvarlo por su cara norte, se consigue alcanzar el sendero que continua a la cumbre. Enseguida ya en la cumbre pudimos comprobar el motivo por el que tanta gente lo tiene como uno de los tres miles más fácilmente alcanzable. Nos hicimos hueco para las fotos y de nuevo nos preparamos para el descenso.
En este caso el encargado de la bandera del club sí que se había acordado de cogerla y se pudo hacer foto con ella en esta cima. También pudimos cantar cumpleaños feliz a una de las montañeras que había subido para celebrar su cumpleaños y comprobamos que hasta ciclistas subían a "descargar" las piernas entre jornada y jornada de entrenamiento de bici.
De nuevo en la Brecha, recogimos a los compañeros que quedaron al cargo de las mochilas y cruzamos la frontera para descender, primero al Glaciar de la Brecha y más tarde, por un desgastado camino, hasta el Refugio. Es un lugar muy concurrido, por la cercanía del collado donde se puede dejar el coche, por la cantidad de rutas desde Gavarnie pero seguro que sobre todo por la magestuosidad y belleza del sitio, que cuenta con unas vistas difíciles de igualar desde un refugio como este.
Tras el registro y las duchas, que no estaban incluidas y pedían 5 euros extra por persona (de ahí que alguno nos aseasemos en la fuente) Tomamos un refrigerio esperando la hora de la cena. Contentos por la ruta y su desarrollo nos despedimos del segundo día de travesía felicitando a nuestro organizador por los dos grandes días que nos había brindado.
Puedes ver el resto de fotos de este día y del resto de la travesía en los álbumes del club pulsando aquí.
⇒Travesía 2025 - Ordesa y Monte Perdido (4/4): Refugio de Serradets - Collado Gavernie - San Nicolás de Bujaruelo ⇐
Al igual que en la etapa anterior, el reloj no terminó la ruta pero en este caso quedan los metros finales de descenso al Refugio de La Breche o de Serradets.
No hay comentarios:
Publicar un comentario